Consideremos el siguiente escenario común: Numerosos miembros de una familia o comunidad de un país en desarrollo se unen con el propósito de abandonar ese país. Buscan una vida mejor para ellos y sus hijos. Sin embargo, abandonar su país actual no es fácil. Las autoridades tienen normas estrictas sobre quién puede irse y con qué. Además, los que intentan marcharse "legalmente" pueden ser objeto de abusos por parte de las autoridades. Por lo tanto, las personas que quieren irse buscarán métodos "ilegales" para abandonar el país.
Para ello, los miembros de esta familia o comunidad contactan con contrabandistas dispuestos a sacar al grupo del país. Los contrabandistas cobran una tarifa astronómica y el grupo no podrá recurrir contra ellos si las cosas salen mal. Sin embargo, tras pensarlo detenidamente, el grupo decide contratar a los contrabandistas porque les ofrece la posibilidad de escapar de su país de origen y de tener una vida mejor en otro país.
Los contrabandistas se reúnen con los jefes del grupo. Acuerdan el precio que se pagará a los contrabandistas y cómo se pagará. Durante varias semanas, los miembros del grupo se preparan para partir. Empacan sus maletas con lo esencial mientras idean un plan para sustraer otros objetos de valor. Artículos como joyas se cosen en el forro de la ropa. Los adultos y adolescentes hacen ejercicio intenso para estar en buena forma física cuando llegue el momento de soportar el agotador viaje que les espera.
Al mismo tiempo, los contrabandistas advierten al grupo de que todo debe hacerse de la forma más silenciosa posible. El grupo no puede hacer nada que delate a las autoridades de su intención de escapar. Eso frustraría la capacidad del grupo para salir del país y comprometería el negocio de los contrabandistas. Para dejar claro que van en serio, los contrabandistas amenazan con matar a cualquiera que hable de sus planes con extraños.
En la fecha señalada, el grupo prepara sus pertenencias para el viaje. Será la última vez que estén en casa. A última hora de la noche, los contrabandistas llegan y cargan a todos en furgonetas. Todos cumplen con su parte cargando las furgonetas en total silencio. Las furgonetas transportan al grupo a una casa más grande en las afueras de la ciudad. Allí, los contrabandistas exigen silencio y obediencia totales. Cualquiera que se desvíe de una dirección será fusilado en el acto.
Cerca del amanecer, un autobús transporta al grupo al desierto, donde suben a camellos que les llevarán por la arena hasta el océano. Tras tres duros días de viaje, el grupo llega al océano, donde les esperan los barcos que les llevarán a su destino. Aunque agotado, el grupo está deseando abandonar por fin su opresivo país.
Cargan los barcos y zarpan. Al principio, el viaje es bueno. Sin embargo, las aguas se embravecen y el cielo se vuelve tormentoso. Los barcos están abarrotados y no pueden soportar la carga, y mucho menos el oleaje y el mal tiempo. Algunas embarcaciones vuelcan, arrojando a la gente por la borda.
Cláusula de refugiados
No muy lejos, un barco estadounidense responde a una llamada de socorro. Encuentra a todo un grupo de personas en peligro. Según la cláusula del refugiadotiene la responsabilidad de salvar al grupo, y lo hace. Sin embargo, ¿quién es responsable de pagar el coste de salvar a los refugiados? ¿El armador? ¿La parte que fleta el barco? En la Parte 2 se tratará este tema con más detalle.
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